En Abril de 2015, unas vecinas de San Roque alimentaban Pupa en la calle en una zona de parque donde había gente que le tiraba piedras; por ello le tenía pavor a las personas.

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Lula llegó a nosotros con la mitad del cuerpo del que tiene ahora: huesos y heridas.

Cogerla fue casi imposible, ¿por qué iba a confiar en nosotros?  En Junio de ese mismo año empezó a acercarse a nosotros y conseguimos acariciarla sin que se hiciese sus necesidades encima del miedo.

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Cuando llegó a la protectora, se buscó el rincón más alejado e inaccesible y allí se tumbó durante días, sintiéndose sola, indefensa, perdida.

Nuestra tímida y preciosa Lula, ha mejorado mucho sus traumas con su bonita familia de acogida. Adora jugar con otros perros, es sociable y juguetona. Es un regalo verla feliz jugando con los demás.

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Es una chica maravillosa, le gustan los paseos, conocer a otros amigos de cuatro patas y acurrucarse por la siesta. 

Cuando te conoce se vuelve loca al verte y te da besitos mientras entras en la prote siempre que no te pares jeje Le gusta pasear por la playa.

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Es compatible con gatos y adora jugar con los perros. ¡Es supersociable con ellos!

Detrás de ese miedo está una gran perrita cariñosa que sólo necesita que le enseñes el lado bueno de las personas y que nunca volverá a ser maltratada.

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Si quieres adoptarla o ayudarla, no dudes en contactarnos.

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